Como su propio nombre indica, se trata la piedra para conseguir un aspecto ligeramente antiguo y rugoso suave. Es uno de los acabados más demandados para el chapado, tanto en interiores como exteriores.
Consiste en someter a la piedra a un proceso que pueden ser mecánico o químico. Con estos procesos se busca un acabado que imita el mármol, que ha sido sometido a las agresiones medioambientales, durante siglos lo dejan sin brillo y erosionado. Además del componente estético que da este innovador acabado, dota a la piedra de un cierto grado de rugosidad, que la hace apta para su uso en exteriores, ya que este acabado le da unas propiedades antideslizantes mayores que el Mármol pulido.
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